Entre los tipos de calderas de calefacción que existen en el mercado las calderas de condensación domésticas resultan una opción muy eficiente para calentar el hogar y disponer de agua caliente.
Si estás pensando en cambiar tu vieja caldera de gas, este artículo puede interesarte, porque vamos a hablar de la caldera más eficiente del mercado: la caldera de condensación.
En los últimos años la creciente demanda de soluciones energéticamente eficientes y respetuosas con el medio ambiente ha hecho mejorar las prestaciones de los sistemas de climatización y en especial de las calderas de condensación a gas. A continuación vamos a explicar qué son y sus ventajas más destacables.
Qué son las calderas de condensación
Las calderas de condensación son calderas de gas que reciclan el calor del humo que sale por la chimenea para precalentar el agua dentro del aparato, cosa que no sucede con las calderas de gas tradicionales, porque en ellas la potencia calorífica generada se expulsa al exterior y se pierde.
Además de ser las más modernas y eficientes que hay en el mercado, las calderas de condensación tienen un rendimiento calorífico superior al 100%, lo que supone un importante ahorro energético y una reducción de entre un 20% y un 30% en el recibo del gas, además de una reducción entorno al 70% de gases contaminantes.
Un dato a tener en cuenta es que desde 2015 la legislación europea (para intentar cumplir el Protocolo de Kioto previsto para el año 2020) solo permite la fabricación de calderas de condensación, por dos motivos básicos:
- Son más ecológicas.
- Consumen poco y trabajan a buen rendimiento.
Esta norma limita la emisión de gases contaminantes a la atmósfera y exige que los calentadores de agua alcancen la eficiencia energética máxima, de clase A. La única caldera con tecnología suficientemente avanzada para cumplir estos requisitos es la caldera de condensación.
Principales ventajas de las calderas de condensación
La principal ventaja de las calderas de condensación frente a las calderas tradicionales de gas es un mayor rendimiento con un menor consumo de combustibles fósiles; lo que se traduce en menos emisiones de CO2 y un ahorro significativo en la factura de gas.
Instalar una caldera de condensación comporta numerosas ventajas frente a otros tipos y modelos de calderas, entre los que podemos destacar:
⇒ Alta eficiencia energética
Estos aparatos recuperan el calor latente proveniente de la condensación de los vapores de agua, un calor que con las calderas convencionales se desperdiciaba en la salida de humos.
⇒ Reducción de emisiones contaminantes
La recuperación de energía reduce considerablemente la temperatura de los gases de combustión bajándolos hasta valores de 45 ºC o inferiores, reduciendo la emisión de gases contaminantes. Las calderas de condensación reducen hasta un 70% la emisión de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono.
⇒ Son más silenciosas
Al trabajar sin paradas, evitan el sonido de encendido y apagado. Asimismo, el ventilador que inyecta la mezcla de aire-gas es modulante, por lo cual se acomoda a la cantidad de combustible que quema.
⇒ Ahorro en la factura del gas
En comparación con las calderas tradicionales, las de condensación han conseguido un ahorro en torno al 25-30% en el consumo de energía. Esto se traduce directamente en un ahorro considerable en la factura del gas cada mes, lo que hace que la inversión en la compra de una caldera de condensación se amortice en pocos meses.
⇒ Son adecuadas para cualquier tipo de instalación
Ya sea una instalación de radiadores o de suelo radiante. De hecho, cuanto mayor sea el consumo de calefacción, más rentable es su uso, ya que su eficiencia se maximiza cuando la instalación trabaja a menor temperatura.
Aunque a veces requieren de una mayor inversión (que se amortiza en pocos meses), las ventajas de este tipo de calderas superan con creces a los inconvenientes. Eso sí, debemos tener en cuenta que las calderas de condensación necesitan eliminar el agua producida por el vapor de agua, por lo tanto debemos comprobar que en nuestra vivienda tenemos desagüe o podemos instalar uno.
Sin lugar a dudas, instalar una caldera de condensación para generar calor es una gran elección debido a su gran ahorro energético, su elevado confort, sus bajas emisiones de NOx y su reducción de emisiones de CO2. Así que, si tienes que sustituir tu caldera de gas, no dudes en elegir el sistema más eficiente.
Y lo más importante, sea cual sea el tipo de calefacción por el que optes, es fundamental que un profesional cualificado revise periódicamente tu caldera. Para ello, es esencial que cuentes con expertos en mantenimiento de calderas como los nuestros, que te ayudarán a resolver cualquier duda sobre cambio o instalación de calderas.
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